Un cachito de Marisa

***POR FAVOR. AL COMPARTIR, COPIAD EL MENSAJE, GRACIAS
***Ruego encarecidamente que compartáis el video como «Escribir publicación» y copiéis el texto que escribo más abajo. Entiendo que puede ser largo, pero es vital una visión global para que sirva al propósito de ayudar, de ir más allá, de cambiar la mirada.
___________________________________________________
#UNICEF me ha permitido compartir mi testimonio sobre un tema que continúa siendo tabú en nuestra sociedad, el #bullying #AcosoEscolar. El video muestra una serie de desafortunados acontecimientos por los que me tocó pasar en diversos momentos de mi vida, con propósito de ayudar a padres y docentes a identificar posibles señales de alarma.
He dado con profesionales de todos los tipos. También he tenido la suerte de encontrarme con profesores y profesionales de la educación comprometidos, que han sido personas antes que nada, y que me han ayudado muchísimo. Del mismo modo, a lo largo de las sucesivas etapas educativas he ido dando con compañeros maravillosos con los que compartí risas, juegos y experiencias maravillosas.

Yo no soy una víctima sino una SUPERVIVIENTE; y si algo tengo claro, es que todos podemos ser supervivientes.
Gracias a la ayuda y a mucho trabajo en todos los aspectos, puedo decir que lo he superado. Lo superé en el momento que aprendí que enterrar en lo más hondo no significa superar, que para superar hay que enfrentar; que yo no soy la culpable de nada de lo que me ha pasado; que siempre podemos pedir ayuda y trabajarnos; a contar lo que me pasó porque puede ayudar a alguien, a animar a las demás personas a no callarse Otra cosa que me ayudó a superarlo y que ME SALVÓ LA VIDA, fue tener la oportunidad de vivir una INCLUSIÓN REAL. Cuando hice el Ciclo de Grado Medio de Atención Sociosanitaria: ser una más con mis diferencias, cada una éramos de una forma y la diferencia nos enriquecía; los profesores me animaban a confiar en mí, me animaban a sacar mi potencial. Mis profesores y mis compañeras me animaron a no tener miedo y luchar por mis sueños; gracias a ellos retomé el Bachillerato, que había dejado, y posteriormente me lancé a estudiar cosas que me permitieran ayudar a los demás.

No soy una superviviente por haberlo superado, porque estando sumida en ese infierno YA ERA UNA #SUPERVIVIENTE…y, del mismo modo, todas las personas que pasan por esto son supervivientes. Cuando te repiten constantemente que eres una víctima te lo crees. Las víctimas no piden ayuda, las víctimas se culpan, piensan que jamás saldrán de esa situación porque creen que no lo merecen

Las víctimas piensan que su situación siempre será estática y que no pueden hacer nada para cambiarlo. Las víctimas escuchan constantemente, de la mano de algunos profesionales de la salud mental, que todo lo que han vivido provocará que ellos le hagan lo mismo a las personas de su entorno; que jamás romperán esa espirar de destrucción. Las víctimas ven que la única solución, para su situación, para no hacer daño a nadie más, para acabar con ese infierno, es acabar con todo.
Sin embargo, SI NOS DICEN QUE SOMOS SUPERVIVIENTES, SI NOS VEN COMO SUPERVIVIENTES, SEREMOS SUPERVIVIENTES. Un superviviente es consciente de que esa situación no tiene por qué ser así, que la culpa no es suya sino de la persona que está actuando mal, que tiene derecho a pedir ayuda, que es más fuerte que todo aquello que le está pasando, que puede trabajarse, que no tiene por qué ser el responsable del futuro daño de nadie; que PUEDE AYUDAR A OTROS.

“El bullying mata”. Manifiesto sobre el acoso escolar.

Marisa Payan Navacerrada